domingo, 8 de septiembre de 2024

No todo el mundo. Marta Jiménez Serrano (Reseña)

 


Con la elegancia y madurez narrativa que ya demostrara en Los nombres propios, Marta Jiménez Serrano construye en su segundo libro un mapa de la intimidad preciso, minucioso y delicado. Emotivo pero también irónico, unas veces radiante y otras agridulce, No todo el mundo funciona como un espejo en el que no podemos sino vernos reflejados y nos recuerda que todos, para bien o para mal, en algún momento hemos visto nuestra existencia sacudida por el implacable poder del amor y sus consecuencias.

No todo el mundo es un libro sobre el amor, sobre cómo se construye el amor, sobre cómo se deconstruye, que no es lo mismo que decir cómo se destruye. En sus catorce relatos son tan diversas las situaciones que describe, que es difícil que cada lector no se reconozca en alguna, vivida o contemplada como espectador.

Dejar una relación como dejar de fumar, pero manteniendo lo importante, un objeto sentimental, siempre presente, y las ganas de fastidiar a alguien; lo explosivo en un cruce de parejas “ex”; el menosprecio de la edad; la búsqueda de una justificación que alguien tendrá que repensar, basada en la aliteración como fundamento del lenguaje del amor; la felina insistencia de la presencia ineludible de un tercero vista través de una ventana abierta; la importancia de un objeto metálico colgante, entre la religión y la distancia social; cómo se monta uno mismo su propia película del amor perfecto; la sombra de un hija ajena que nunca olvidará el rastro que queda, tras la separación; la sempiterna relación entre profesor y alumna; la sospecha patológica que surge a partir de la visión una espalda depilada; el peligro de la autoficción; el miedo adolescente a sobresalir en positivo; o la complicidad y la confianza que resiste, como algo único e inolvidable, a pesar del tiempo. 

Esta enumeración no es otra cosa que un ejemplo de la capa más superficial de los relatos, porque lo verdaderamente importante está en el poso que van dejando en el lector a través de invisibles chispazos que impactan directos en su cerebro.

Hay mucho en ellos de observación y reflexión, y no es nada fácil dar con la tecla que permite caracterizar a sus personajes, como realidades cotidianas, sin caer en arquetipos, las más de la veces, sacados de contexto, y Marta Jiménez Serrano lo consigue con creces. Su idea es jugar con las perspectivas: en el amor, las perspectivas se tienen que poner de acuerdo; y en el desamor, lo que prima es saber entender la necesidad del desacuerdo:

«Toda relación necesita un proyecto. En la actualidad, cada pareja se lo tiene que inventar».

No todo el mundo es un libro fácil de leer, pero con una gran cantidad de lecturas dentro. Una de las claves está en el uso del lenguaje, medido, rítmico se nota que Marta es también poeta‒, preciso y diverso, con el que construye  diferentes voces narrativas, cada una con un lugar preciso y único que la hace singular, a pesar de que todos los relatos transcurren en Madrid. Esta manera de escribir logra que cada historia tenga sentido propio, y que todas juntas conformen una unidad temática que va más allá del deseo de agradar o cumplir con lo establecido.

El tema del amor no es nuevo en la literatura de Marta Jiménez Serrano. Ya en su novela anterior, titulada Los nombres propios, es una constante y va mucho más allá del amor de pareja, en cualquiera de sus variantes. Leemos, por ejemplo:

Yo quiero ser abuela porque una abuela no educa a sus niños, solo los quiere.

Y, ¿por qué no?, una abuela que puede aspirar también a tener su propia relación, más allá de sus hijos y sus nietos, sin tener que dar explicaciones.

Quizá la idea que mejor resume el conjunto la encontramos en un fragmento de la última página:

El hombre y la mujer que van de la mano por una calle soleada de una ciudad moderna ignoran si mañana, si en diecisiete días, si en quince semanas, si en treinta y cuatro meses, si en seis años no se querrán ya más o si se seguirán queriendo siempre.

¿El secreto del amor radica en la ignorancia, en no saber, en no esperar? ¿Existe el amor para siempre?

Puede que, más allá de la evidencia, solo sea una cuestión de fe...

[…] y de repente un día ya es el día, el día en que ya se han hecho una fiesta sorpresa, ya se han acompañado al hospital, ya han viajado juntos, ya han horneado bizcocho, ya han hecho amigos nuevos, ya se han disfrazado incluso de Batman y Robin y entonces solo queda una vida por delante […] y es ahí cuando ya está, cuando la mesa y la vida y ellos mismos se quedan vacíos de toda novedad, de toda huida.

...y de ser conscientes de que una relación no viene acompañada de un certificado de garantía o de un microchip de obsolescencia programada.

No todo el mundo es igual, ¿no?… ¿No?

Marta Jiménez Serrano. No todo el mundo. Sexto Piso, 2023.

Pedro Turrión Ocaña