jueves, 24 de abril de 2025

Soberbia. Recaredo Veredas (Reseña)

 


Sebastián, el protagonista de Soberbia, es programado desde su infancia para llevar a su familia hasta donde cree que se merece y emplea toda su vida en ese propósito. Sus fracasos son tan grandes como su perseverancia. […] Las raíces e Soberbia son el ansia de reconocimiento y las consecuencias de los mandatos que recibimos en la infancia. En tan comunes condiciones se originan gran parte de los males de la humanidad. Detrás de cada desastre, público o privado, suele haber un niño que busca atención. ¿Qué ansían casi todos los dictadores sean tiranos familiares o mundiales sino reconocimiento?

Para tratar de huir de nuestras propias miserias, nos hemos acostumbrado a revolver entre los despojos que, desde antiguo, el poder deposita en el extrarradio de cualquier ciudad. De ellos se nutre la literatura para crear héroes y antihéroes, personajes atractivos por la costumbre, la lástima, la inocencia o el interés. Más difícil es hallar, en estos tiempos tan poco románticos, un personaje que se sabe elegido para cumplir el más alto mandato de la sociedad, siendo parte de la élite ‒no importa si envidiada o despreciada‒ que habita la zona más noble de la ciudad. Y digo se sabe y no, es, porque, por el hecho de no ser lo habitual, nadie se lo ha pedido. O quizás, sí.

Sebastián López de Lucena construye su vida alrededor de una única idea: ganar el premio Nobel de medicina; pero no se da cuenta de que esa imperiosa necesidad de reconocimiento es anterior a su propio nacimiento y tiene mucho que ver con la ambición desmedida de sus antepasados basada en una mentira que, de tanto repetirla, se convierte en axioma, y que siempre acaba igual: concibiendo hijos nacidos de la frustración.

Sebastián estudia para ser el primero, y arriesga para lograr un hito histórico que cambiará el futuro de la humanidad, sin ver que no es más que una víctima de su propia soberbia.

«Lo importante no es cómo nos vemos sino cómo nos ven».

Sin embargo, de la promesa nacional a la vergüenza solo hay un escalón.

«La élite, una vez que ha tomado una presa, no la suelta».

La única persona que sabe adivinar la gran burbuja que se está creando a su alrededor es Blanca, su esposa. Pese a todo, ella decide galopar por el lado más estrecho del abismo por el que se arrastra su marido, y termina convirtiéndose en el punto más débil, justo cuando más se la necesita.

Política, religión, la Rusia de Rasputín y una ONG caritativa se mezclan con la presencia constante de la muerte, en una novela cuyo trasfondo es la necesidad de reconocimiento de una sociedad hipócrita que vive para la galería, tratando de que no se note:

«Así quedará para el recuerdo porque la memoria no siempre es la verdad ‒de hecho, no lo es casi nunca‒»

Pero con un mensaje subliminal que nos permite seguir teniendo fe, y que tiene mucho que ver con la poesía.

Recaredo Veredas. Soberbia. De Conatus, 2024.

Pedro Turrión Ocaña

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