jueves, 28 de julio de 2022

Amigo. Ana Merino (Reseña)

 


Inés Sánchez Cruz, una poeta mexicana afincada como profesora de escritura creativa en Estados Unidos, llega a la Residencia de Estudiantes de Madrid para impartir un taller de poesía e investigar un hallazgo reciente: el archivo familiar de Joaquín Amigo, uno de los amigos de Lorca, también asesinado violentamente y desaparecido al comienzo de la guerra civil. Inés arrastra una profunda angustia fruto aparentemente de las luchas de poder en el ámbito académico y la traición por parte de un amigo íntimo, pero el fallecimiento de uno de sus colegas activa una serie de recuerdos traumáticos que se entremezclan con las investigaciones de los documentos y cartas del archivo familiar.”

Al escribir un relato de ficción, una buena manera de ser uno mismo, sin serlo, es buscar un personaje que transite dentro de tu espacio,  en un punto que pueda llamar la atención del lector. Esto es lo que le ocurre a Ana Merino con Inés, la protagonista de su novela Amigo, que no es ella, a pesar de trabajar en una universidad norteamericana y de haber sido parte activa de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Y aunque se le parece además porque ambas son poetas y profesoras de literatura, la protagonista es mexicana y tiene una vida propia que no es la de ella.

Inés regresa a España, al Madrid que conoció veintiséis años antes, a la misma Residencia de Estudiantes en la que se alojó en su época de estudiante. Todo le parece igual, pero ya nada es lo mismo. Sus viejos amigos ya no están, sobre todo Agapito, su fiel compañero de ilusiones literarias que tanto la apoyó, ese mismo que ahora, en su universidad de Milwaukee, se hace llamar por el apellido, Lusoz, y le hace la vida imposible robándole, incluso, su propio programa. Ella no le reconoce, es como si se hubiera pasado al lado oscuro, como dice su hermano, al que tanto le gusta la saga Star Wars. Tal vez ella se esté convirtiendo también en una friki,. Sin embargo, la realidad es más simple que todo eso, aunque es muy difícil de asimilar: hay una fina línea entre la amistad y el odio, y se llama traición.

Estas son dos de las tres líneas argumentales de la novela. Por un lado, estamos ante una novela de campus: partiendo de su experiencia, Ana Merino nos muestra, con todo lujo de detalles, el funcionamiento de un departamento de literatura en una universidad norteamericana, sus luchas de poder, sus trampas, pero también las oportunidades que ofrece a jóvenes estudiantes extranjeros que, a pesar de su capacidad y talento, no encuentran en sus países de origen. Por otro lado, Amigo es también una novela de dobles, a partir del cambio de personalidad que, a manera de personajes como el Dr. Jekill y Mr. Hyde, se produce en el que fuera el mejor amigo de la protagonista. Pero hay un tercer hilo argumental que, a mi parecer, es el que hace que la novela se convierta en un documento excepcional, en un libro que hay que leer, porque Amigo es también una novela de investigación que en algún momento, y no tardando mucho, debería convertirse en un ensayo clarificador.

Cuando Inés llega por segunda vez en su vida a la Residencia de Estudiantes, no solo viene a impartir un taller de poesía, aprovechando que también va a presentar en Madrid su obra poética completa, recogida en un precioso libro de tapas negras, viene también a conocer a alguien que no sabe muy bien qué hacer con el legado de su abuelo, un tal Joaquín Amigo, un filósofo cristiano íntimo amigo de Federico García Lorca que, aparte de la amistad, también comparte con él el haber sido asesinado solo unos días después, en su caso, despeñado por el Tajo de Ronda, represaliado por los del otro bando.

«En algún lugar perdido están los cuerpos de Federico y Joaquín, ambos asesinados con nueve días de diferencia en agosto de 1936. Lorca el 18 y Amigo el 26. Ellos dos eran de la estirpe del bueno de Abel; sus asesinos, aunque pertenecieran a bandos opuestos, al de Caín.

Junto a ellos, otro personaje importante, en este punto de la historia, es el poeta Luis Rosales, al que durante mucho tiempo se culpó de la detención de García Lorca, por el hecho de que a Federico lo detuvieron en su casa de Granada. En la novela se nos habla de un ensayo de Félix Grande que trata de explicar lo que realmente ocurrió, y explica cómo la memoria interesada de los unos y los otros construyó un nuevo relato, que nada tenía que ver con la realidad. Lorca, Amigo y Rosales eran tres buenos amigos que creían en un mismo proyecto en el que la humanidad, la amistad y el entendimiento eran las claves de una historia en la que no había dos bandos tan precisos como se nos ha intentado hacer creer, y cuya luminosidad se apagó con las dos desapariciones.

Por eso, al revisar los documentos, Inés se da cuenta de la importancia de lo que tiene en sus manos y se pregunta: «¿Como pudo un país generar tanto talento y destruirlo en una guerra civil, en una lucha descarnada entre hermanos?». Inés entiende que la memoria histórica de un país se construye dando voz a todas las personas a las que no se ha dejado hablar, sean del bando que sean y sean de la época que sean.

«Había sido muy feliz ella sola en esa edad efervescente, pese a que el mundo a su alrededor se retorcía, pero Inés se sentía ajena, lo veía desde el otro lado, pasaba de puntillas, aunque a veces se paraba a escuchar con tristeza el eco de una bomba nueva, de otro atentado, de un disparo en la nuca. El terrorismo de ETA siempre se colaba en las noticias, pero el hilo de la historia que ella buscaba era anterior a ese tiempo presente.»

La historia de Joaquín Amigo que se cuenta en la novela es real, como lo son dos de los personajes que ayudan a Inés en su reconstrucción. Este hecho no desvirtúa el resultado del relato, sino que se integra perfectamente en un argumento adictivo que termina convirtiéndose, casi, en una trama policíaca. En ello tiene mucho que ver el complemento que ofrecen las otras dos líneas argumentales de las que hablábamos al principio. 

El leitmotiv está en el cambio que se produce en la personalidad de Agapito Lusoz, y que coincide en el tiempo con su incorporación a la universidad en la que Inés imparte sus clases. Puede que el cambio sea simplemente un daño colateral provocado por el accidente que sufrió  su hermano gemelo, cuando los dos hacían deporte de riesgo, y que lo mantiene inconsciente postrado en una cama. 

Otro personaje muy importante, que nos ayudará a comprender este cambio, es Sabino, el tercer compañero en discordia de la “Resi”, concertista de órgano, que también regresa a Madrid en la misma época en la que lo hace Inés. Juntos intentarán completar un tiempo que dejaron inconcluso , única manera de retornar a ese camino incierto que es la vida, en la que no siempre nos dejan ocupar el lugar que nos pertenece.

Ana Merino. Amigo. Ediciones Destino, 2022.

Pedro Turrión Ocaña

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