martes, 20 de mayo de 2025

La otra Isabel. Laura Martínez-Belli

 


1521, el imperio azteca se derrumba. Tecuixpo, la hija de Moctezuma, es hecha prisionera por los conquistadores españoles, quienes son los responsables de la muerte de su padre y la sangrienta derrota de su pueblo. Ahora, bautizada como Isabel, se ve obligada a vivir según las costumbres y la religión de sus captores. Inmersa en un mundo de intriga, traición y muerte, la vida le tiene reservado un golpe final: su primera hija le será arrebatada por Hernán Cortés, el hombre al que más odia. […] La otra Isabel es la monumental aventura de la hija del último tlahtoani, quien perdió su nombre, su imperio y su familia, pero jamás se dejó vencer. En esta extraordinaria novela, Laura Martínez-Belli entreteje a la perfección la ficción histórica con el suspenso del thriller político más revelador.

Tecuixpo, hija de Moctezuma, el último Emperador mexica, bautizada después como Isabel por los españoles de Hernán Cortés, es uno de esos personajes que han pasado a la historia como un simple nombre dentro de la genealogía del gobernante azteca. En La otra Isabel, a partir de un estricto trabajo de documentación, Laura Martínez-Belli afronta el reto de reconstruir su historia, a la vez que nos abre las puertas que nos permiten adentrarnos en un momento decisivo para poner en contexto el inicio de la construcción de un nuevo mundo, tantas veces cuestionado.

La otra Isabel es una novela histórica trepidante, repleta de intrigas, de juegos de poder y traiciones, dentro y fuera de cada uno de los bandos,  pero con una intención que va mucho más allá del puro entretenimiento o del thriller maniqueo que solo busca la espectacularidad del enfrentamiento sangriento e interesado entre dos culturas irreconciliables.

Siempre a través de una mirada femenina, la autora consigue elevar el personaje de Tecuixpo al lugar que le corresponde. Tal vez su mayor reto ha sido conseguir que la Historia, con mayúscula, no se convierta en una losa insoportable que de al traste con la historia que nos quiere contar. El secreto está en haber sabido encontrar el equilibrio.

Son varias las claves que convierten la novela en un documento esclarecedor, además de entretenido: por un lado, saber alejarse del maniqueísmo de un relato siempre contado desde la perspectiva del vencedor, remarcando lo importante y dejando a un lado lo superfluo; y por otro, no olvidar en ningún momento que se trata de un relato de ficción, cuyo máximo interés es atrapar al lectorEn cualquier caso, no hay ningún interés oculto en la novela, salvo la necesidad de entender y compartir cuál pudo ser el proceso vital de una mujer, atrapada en en un mundo de hombres, para sobrevivir y pelear por sus propios intereses

El gran acierto de Laura Martínez-Belli es haber logrado que la heroicidad del personaje nazca de la humanización de la mujer, tantas veces tratada como un objeto, pero sin restarle importancia al comportamiento de los hombres en un tiempo que nada tiene que ver con el actual, juzgándolos no tanto por sus actos y palabras y más por sus dudas y silencios.

Otro ingrediente importante en la novela es la lengua, o tal vez debería decir las lenguas, y la necesidad de utilizarlas para el entendimiento y no para el enfrentamiento. Así llama Cortés a Malinalli Marina: “su lengua”, lo que permite a la autora perfilar su figura como un personaje importante del relato, por ser el nexo fundamental para el entendimiento, lo que la hace también idónea para ser un referente en los intereses de Isabel.

Tecuixpo se convierte en Isabel gracias a la labor de cristianización de los conquistadores, que lo interpretan como un triunfo personal. Ese ha sido siempre el relato que nos han hecho aprender. Laura Martínez-Belli decide subrayar en el personaje de Isabel su capacidad intrínseca de pensar, de tomar sus propias decisiones, lo que nos abre la puerta a reflexionar sobre si el hecho de la evangelización no fue tanto un triunfo del conquistador como un medio del conquistado para recuperar su espacio y enriquecerlo. 

«Tal y como Isabel había imaginado, fray Juan de Zumárraga se sintió halagado con el ofrecimiento de bautizar al hijo primogénito de la hija de Moctezuma. Él mismo presumía de lo bien que estaba llevando a cabo la conversión de los naturales usándola como ejemplo. Ofició el bautizo de Juan de Dios de Andrade y comprobó ‒maravillado‒ que la iglesia estaba a rebosar de la nobleza española recién llegada de la Península Ibérica y de los nobles indígenas que aún quedaban, cristianizados en apariencia y ni cuyos nombres ni vestidos tenían ya nada que ver con sus antiguas identidades. Isabel dispuso que se repartieran por los asientos en igualdad de condiciones. No había vasallos, ni vencedores, ni vencidos, tan solo una marea de iguales de distintas etnias y colores».

Sin embargo, la novela comienza con un grito desgarrador y un balbuceo gatuno que no llega a romper en llanto, pero que es el leitmotiv que empuja a Isabel a empeñar su vida en mantener a toda costa viva su herencia y  a utilizar todas las armas disponibles para conseguirlo.

«[…] a través de la escritura Isabel renació libre».

En el fondo, La otra Isabel no es más que el ejemplo perfecto de la capacidad que tiene un personaje histórico, por pequeño que sea, de convertirse, a través de la escritura, en un personaje vivo, verosímil. Es la literatura quien consigue el milagro de que una realidad, muerta y olvidada en unas cuantas hojas de papel, adquiera el alma que le permitirá vivir eternamente.

Laura Martínez-Belli, La otra Isabel. Editorial Planeta Mexicana, 2021.

Pedro Turrión Ocaña




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